sábado, 7 de agosto de 2010

Los Pastorcitos de Fátima



CORREO DE LOS ANGELES – STELLARIUS
Meditaciones y Mensajes para el Alma: Compartiendo Vivencias
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PORTUGAL – FÁTIMA

APARICIONES DEL ÁNGEL EN FÁTIMA

Fui a Fátima, en Portugal, en el año 2000, poco antes de ir a Compostela. Fue parte de mi Camino. Pasando antes por Inglaterra, StoneHenge. Por Escosia, Monte de Arturo. Y por Irlanda, San Kevin. Fui luego a Portugal.

Muchos lugares recorrí, y habría mucho para contar.... Hoy me detengo en este viaje del año 2000, precisamente en Portugal, en Fátima.

Tomé un autobús en Lisboa, con destino a Fátima. Un viaje de unas pocas horas. Llegué con mi mochila a Fátima el 12 de julio, y conseguí hospedarme en el Hotel Verbo Divino. Me dieron una linda habitación con vista al Santuario de Fátima.

Yo conocía la historia de la Virgen de Fátima. La Madre de Dios que se apareció a los pastorcitos. Pero no conocía la historia del Ángel de la Paz. El ángel que se apareció a los pastorcitos, preparándolos para la presencia de María, que vendría mucho después.

Una vez que me instalé en el hotel, salí a recorrer el lugar, caminando... Un pueblo con tiendas y posadas para peregrinos. Era una hermosa tarde. Cuando llegúe al Santuario (un gran espacio al aire libre), me quedé de pie mirando.., contemplando...

De repente una voz a mi lado me habló. Miré y vi a una monjita que me dijo: “Allí es donde se les apareció el Ángel”. (Anjo... en portugués: ángel). - ¿El ángel?, pregunté extrañada, ¿no es María la que se les apareció a los pastores? ... La hermana entonces me explicó: Primero se les apareció un Ángel. El ángel los preparó para las posteriores apariciones.

Eran tres niños: dos niñas y un niño. Sus nombres: Lucía, Francisco y Jacinta. Pequeños pastorcitos. Ellos se reunían con sus rebaños en la zona campestre donde había una especie de gruta (un escondrijo en un cerro, lo llamaban Loca de Cabecao). En ese lugar es donde se les apareció el Ángel la primera vez.

Los niños no sabían, no conocían, y fueron aprendiendo poco a poco, a medida que el ángel les enseñaba, les decía, les explicaba lo que debían hacer, y cómo debían orar.

Escribió Lucía en sus memorias:

“Me parece que debía ser en la primavera de 1916 cuando el Ángel se nos apareció por primera vez en nuestra Loca de Cabeco (nombre original del lugar).

Solo habíamos jugado unos momentos cuando un viento fuerte sacudió los árboles y nos hizo levantar la vista para ver qué pasaba, pues el día estaba sereno. Entonces vimos que sobre el olivar se encaminaba hacia nosotros un joven de unos catorce o quince años de una gran belleza, más blanco que la nieve, y a quien el sol hacía transparente como si fuera de cristal. Al llegar junto a nosotros nos dijo:

- No teman, soy el Angel de la Paz. Oren conmigo.

Y arrodillándose en tierra, inclinó la frente hasta el suelo y nos hizo repetir tres veces estas palabras:

“Dios mío, yo creo, adoro, espero y te amo. Te pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan, y no te aman”.

Después, levantándose dijo:
- Oren así. Los Corazones de Jesús y de María están atentos a la voz de sus súplicas.

Y desapareció. El ambiente sobrenatural que nos rodeaba era tan intenso, que casi no nos dimos cuenta de nuestra propia existencia durante mucho tiempo, y permanecimos en esta posición repitiendo siempre la misma oración.

El mundo estaba en guerra. El ángel vino a pedir oraciones por la paz.

La segunda vez que se les apareció el Ángel fue junto al pozo de agua en la casa de Lucía. Era verano y ellos jugaban en el agua. Allí se les apareció el Ángel nuevamente. - ¿Qué hacen?, les preguntó el Angel. Y les dijo que oraran, que era necesaria mucha oración. Que la oración atraería paz para su patria. Les dijo: - Soy su Angel Custodio, el Angel de Portugal.

La tercera vez que se nos apareció el Ángel, cuenta Lucía en sus memorias, fue en el escondrijo del cerro, el mismo lugar que la primera vez. “Estábamos allí orando, de rodillas, repitiendo la oración que el Ángel nos había enseñado. “Dios mío, yo creo, yo adoro, yo espero, yo te amo..., etc.”. No sé cuantas veces habíamos repetido esa oración..., cuando advertimos que sobre nosotros brillaba una luz desconocida. Nos incorporamos para ver qué pasaba y vimos al Ángel teniendo en la mano izquierda un cáliz sobre el cual estaba suspendida una hostia de la cual caían algunas gotas de sangre al cáliz. El Ángel dejó suspendido en el aire al cáliz, se arrodilló con nosotros y nos hizo repetir 3 veces una oración a la Santísima Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo....”

Luego, el Ángel se levantó y tomó el cáliz, y le dio la Hostia a Lucía, y la sangre del cáliz la dividió entre Jacinta y Francisco...

... “llevados por la fuerza sobrenatural que nos envolvía imitábamos al Ángel en todo..., nos postrábamos como él, y repetíamos la oración que nos enseñó... La fuerza de la Presencia de Dios era tan intensa que nos abosorbía por completo... , como si nos hubiera quitado por un largo espacio de tiempo el uso de nuestros sentidos corporales...

Aproximadamente un año después de la primera aparición del Ángel, se les apareció María... : una Señora más brillante que el sol... – 13 de mayo de 1917...
LA MADRE DE DIOS

Fue en la cima de la ladera de la Cova de Iría.... Francisco y Jacinta jugaban. Y vieron una luz, como un relámpago, pensaron que iba a llover, y fueron bajando la ladera, juntando las ovejas.... para regresar a casa... Mientras bajaban vieron otro relámpago, y a unos pasos, sobre una planta de encina vieron a una Señora vestida de blanco, más brillante que el sol, derramando una luz clara e intensa....

Se detuvieron, sorprendidos, mirando esa Aparición, Estaban tan cerca, que quedaban dentro de la luz que rodeaba a la Señora. Y ella les dijo: “No tengan miedo. Yo no hago mal”. - ¿De dónde es Ud.?, preguntó Lucía. – “Soy del Cielo”. – “Y qué es lo que Ud. quiere?, preguntó Lucía.

– “He venido para pedirles que vengan aquí durante seis meses todos los días 13, a esta misma hora. Después les diré quien soy y qué es lo que quiero. Después volveré aquí una séptima vez”.

La Madre de Dios les recomendó a los niños que rezaran el rosario todos los días. Pidiendo por la paz y el fin de la guerra.

Luego comenzó a elevarse serenamente, hasta desaparecer... La luz que la rodeaba parecía como si fuera abriendo camino entre los astros....


Estas historias fueron contadas para que otros crean.
Los que no han visto, puedan ver a través de lo que otros ven.

La inocencia de los niños hace más intenso el relato.
La vivencia toca el alma del que escucha con atención sensible.

La oración es necesaria, hoy y siempre.

La meditación que lleva a la contemplación, serena el alma y la pone en contacto con Dios, fuente de toda Paz.

Deja que el Ángel de la Paz, Custodio de tu corazón espiritual, te lleve hasta la Luz de Dios.

Un Saludo de Paz!

Graciela Iriondo

En el día de la Virgen de Fátima.
13 de Mayo 2010.
Desde la localidad de Vicente López, en Buenos Aires, Argentina.
CORREO DE LOS ANGELES – STELLARIUS
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